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A lo largo de la carrera de Gilberto Santa Rosa muchas han sido sus líneas escritas, y el próximo 23 de mayo en el Palacio de los Deportes su historia continúa, esta vez junto a su compatriota Víctor Manuelle.

De hecho, “La historia continúa” es el nombre del espectáculo que los reúne por primera vez en suelo dominicano, gracias a la plataforma Presidente Presenta y a Top Music.

¿Por qué decidiste inclinar tu carrera artística por la salsa romántica siendo la salsa tradicional tan popular en Puerto Rico?
Yo canto salsa romántica por convicción, y el corazón de mi música romántica es muy tradicional. Yo salí en una época en la que había figuras musicales que estaban muy definidas por lo que era muy difícil competir, y necesitaba algo que me permitiera tener una identidad musical. Así es que descubrí que con esta fórmula de salsa romántica tenía la oportunidad de hacer canciones muy bonitas que me llenaban como cantante, y muy rítmicas que me llenaban como salsero.

¿Que le ha faltado a los salseros de tu generación que adolecen de la presencia musical que ostentas?
Lo primero es que todos contaban con las suficientes herramientas para mantenerse, sólo que a muchos les faltó la consistencia y personas que le facilitaran el camino. Algunos tomaron malas decisiones que le costaron sus carreras y en ocasiones hasta la vida. Pero sin duda, ellos hacen falta para reforzar este género.

¿Desde tu termómetro, como mides la popularidad de la salsa en la actualidad?
Realmente, para la salsa en Puerto Rico no es su mejor momento, pero fuera de ahí, en otros países, estamos en un buen momento. Hay salseros puertorriqueños que no paran y tienen todas sus funciones llenas.

¿Qué viste en Víctor Manuelle que te enganchó hasta hoy día?
La primera vez que escuché cantar a Víctor Manuelle me cautivó su naturalidad como artista, su dominio y su capacidad de improvisación. Eso no se ve en todos los artistas.

¿Cuál es la canción de Víctor que más te gusta?
Víctor es tremendo intérprete y a la vez un gran compositor; de hecho, he cantado algunas de ellas, pero cuando está en escena me gusta mucho como interpreta la canción “Hay que poner el alma”, a pesar que no es de su autoría, pero la más bella que él ha escrito es una dedicada a su hijo en su último disco. ¡Es una belleza!

Si miras hacia el pasado y ves al Gilberto Santa Rosa de tus inicios, ¿Qué le cambiarías?
No voy a pecar de hipócrita porque honestamente creo que no le cambiaría nada. Tuve errores profesionales que fueron necesarios, además existen muchos elementos en juego como la madurez, y con el pasar de los años las perspectivas te cambian. Al final no me quejo.

Tomando en consideración algunos escándalos que han protagonizado recientemente colegas compatriotas tuyos, ¿cómo se puede ser tan popular y no caer en la controversia en un ambiente tan difícil y expuesto como éste?

¡Detesto la controversia! He tenido la bendición de que la mayoría de la gente me respeta. No me meto con nadie y las veces que he tenido controversias las he tratado por las vías pertinentes.

De tu extenso repertorio musical ¿cuál canción consideras más emblemática?
Sin duda, “Conciencia”. Todo el mundo se siente identificado con su letra.

Su bandera:
La canción “Perdóname” es su bandera. La grabó en la producción “Punto de vista” y tiene una parte que es improvisada. “Por ello cada vez que la cantaba, la variaba. Posteriormente la canté en el famoso concierto del Carnegie Hall en 1995 y quedó grabada en un disco. Después de un tiempo fui a Perú y cuando llegó el momento de la improvisación la gente la estaba cantado y yo no me lo sabía... Eso me dio mucha vergüenza. Esto me ocurrió también en Colombia, Venezuela y acá. Por ello tuve que reaprenderme la canción y al principio me dio trabajo”.

El nombre de Gilberto Santa Rosa es sinónimo de caballerosidad. Un artista que ha sabido cantarle al amor con un romanticismo que suena a conga y toca la clave, definiendo su ritmo musical. Su estilo elegante, que nada entre las aguas de la salsa, el bolero y la balada, sin dejar de lado su esencia de sonero, ha sido su mayor herramienta para apoderarse del público durante décadas.

LA VIDA DEL SALSERO POR DENTRO

Para Gilberto Santa Rosa el factor clave ha sido la consistencia. “Soy un cantante honesto y un trabajador incansable, eso sumado a la bendición de encontrar puertas que se abren y manos amigas que se dan”. Si no existiera el amor a qué le cantarías?, se le preguntó. “A nada, si el amor no existiera no habría música. La música nació por el amor y no me refiero necesariamente a la pareja.

Hubo una época en la que los salseros le cantaban por amor a la salsa, por amor a sus instrumentos, por amor a sus amigos, por amor a la gente, en fin...”. Los cantantes se remontarán en el Palacio de los Deportes a las canciones a los inicios de sus carreras: en los ‘80 para Santa Rosa y ‘90 para Víctor Manuelle.
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