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Ambos están inscritos en una narración histórica interesante que resalta el talento que estremece a la isla de Puerto Rico.

omo era de esperarse, Gilberto Santa Rosa y Víctor Manuelle protagonizaron un soberbio espectáculo que provocó que el público no cesara de bailar contoneándose al ritmo de las cadenciosas interpretaciones en las voces de dos de los exponentes más importantes de la salsa a nivel mundial.

Dos grandes en una noche inolvidable. Es cierto, “la historia continúa” y esto quedó demostrado de la mano de la plataforma Presidente en un Palacio de los Deportes -a casa llena-. Gilbero Santa Rosa “El Caballero de la Salsa” y Víctor Manuelle “El Sonero de la Juventud”, deleitaron a los miles de asistentes.

La trayectoría de ambos artistas es interesante y goza de un recorrido loable.

“Canción de los soneros” fue el tema que dio inicio al espectáculo, canción que interpretaron juntos después de que un reloj en las pantallas del escenario comenzara a marcar desde 3 minutos antes la entrada del explosivo binomio.

Los cantantes se remontaron a los inicios de sus carreras en los ‘80 para Santa Rosa y ‘90 para Víctor Manuelle e incluyeron temas que ambos convirtieron en éxitos.

Otros temas que conformaron un gran repertorio fueron “Conciencia”, “Un montón de estrellas”, “Pero no me amas”, “Me volvieron a hablar de ella” y “Conteo regresivo” entre otros, en la voz de Santa Rosa, conocido como “El Caballero de la Salsa”y con 33 años de trayectoria.

Mientras que “El Sonero de la Juventud”, cuya carrera en sus comienzos apadrinó Santa Rosa, interpretó “Así es la mujer que amo”, “Se me rompe el alma”, “Tú volverás”, “He tratado”, “Dile a ella”, “Qué habría sido de mí” y “Amor de madre” de su nuevo disco “Muy personal”, tema en el cual el cantante derramó algunas lágrimas en honor a su madre.

Pero no todo fue un show magistralmente musical, sino que ambos presentaron mucho más que un concierto, una gran velada, en la que recordaron la época de las legendarias “Estrellas de Fania” y al ritmo de “Quítate tú” hubo un “duelo” de los soneros salpicado de comedia en la que ambos se criticaban mutuamente. “Antes (en la época de la Fania) también existía la ‘tiraera’” dijo Víctor Manuel al referirse a la forma en que los reguetoneros llaman a decirse cosas a través de la música.

Tras dos horas y media de espectáculo, en las que el público no dejó de cantar, bailar y ovacionar al binomio que estuvo acompañado por una excelente orquesta, inició la despedida con “Carnaval” el éxito de la fenecida Celia Cruz.

Más que solo merengue, un gran artista

El intérprete de merengue Rafely Rosario se anota un éxito más en su corta trayectoria como solista al ser la contraparte de dos grandes exponentes de la salsa.

El merenguero inició pasada las 8:00 p.m. y el público lo ovacionó y acompañó en los distintos éxitos musicales que interpretó.
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